[ESPAÑOL ABAJO] On National Caregivers Day, we recognize the vital contributions of domestic workers—nannies, homecare workers, house cleaners, and gardeners—whose work and care makes the work of others possible. We provide care, stability, and support in households across Washington. Yet for decades, domestic workers have been excluded from basic protections. Domestic workers, the majority of whom are women, immigrants, and people of color, have long faced subminimum wages, wage theft, discrimination, and job insecurity. Despite these challenges, we have come together to fight for the rights and dignity we deserve.
Right now, domestic workers are organizing to correct these historic injustices in Washington state. We refuse to keep living and working in the shadows. And we know we can win.
In 2019, we won first-time protections for domestic workers in Seattle. Our efforts to expand workplace protections statewide through a Domestic Workers Bill of Rights has included public testimony, building alliances, and gaining ground. Our policy would end the exclusions that shut domestic workers out of minimum wage, overtime pay, rest breaks, and the right to a written contract. Our fight has made it clear that fair pay, sick leave, and protection from discrimination are not privileges—they are basic rights that every worker deserves. We won’t settle for less.
The fight for these protections is urgent. Across Washington, tens of thousands of domestic workers remain vulnerable to wage theft, workplace abuse, and job insecurity. This policy would protect workers from discrimination based on immigration status and prevent employers from confiscating personal documents. Additionally, it would establish enforcement rights, giving workers the ability to seek justice when our rights are violated. With domestic workers leading the way, this movement has already succeeded in getting protections passed in other states like Oregon and California. Now it’s Washington’s turn to act.
This National Caregivers Day, we celebrate not just the labor of domestic workers but also our resilience and leadership. The work of domestic workers is the foundation of so many families’ daily lives. The Domestic Workers Bill of Rights is a long-overdue step to ensure that all Washington workers receive the dignity, pay, and protections we deserve. As other states have shown, raising workplace standards for domestic workers benefits entire communities, strengthening economic opportunity for all. It’s time to stand in solidarity and ensure that domestic workers are no longer treated as invisible, but as the essential workers we have always been.
En el Día Nacional de los Cuidadores, reconocemos la contribución vital de los trabajadores del hogar—niñeras, limpiadores de casas y jardineros—cuyo trabajo y cuidados hacen posible el trabajo de los demás. Proporcionamos cuidados, estabilidad y apoyo en hogares de todo Washington. Sin embargo, durante décadas, los trabajadores del hogar hemos estado excluidos de las protecciones básicas. Los trabajadores del hogar, la mayoría quien son mujeres, inmigrantes y personas de color, se han enfrentado durante mucho tiempo a salarios menos del mínimo estatal, robo de salarios, discriminación e inseguridad laboral. A pesar de estos problemas, nos hemos unido para luchar por los derechos y la dignidad que merecemos.
Ahora mismo, los trabajadores del hogar nos estamos organizando para corregir estas injusticias históricas en el estado de Washington. Nos negamos a seguir viviendo y trabajando en la sombra. Y sabemos que podemos ganar.
Gracias a los esfuerzos de los trabajadores del hogar, Washington por fin está tomando medidas para corregir estas injusticias históricas. El empuje para exigir nuestros derechos proviene de nuestro compromiso uno a otro para no seguir dejando que nuestras condiciones laborales se oculten en las sombras. Ya hicimos que los políticos de Seattle nos escucharan y conseguimos protecciones para nuestro trabajo dentro de la ciudad de Seattle que entraron en vigor en 2019. Nuestros esfuerzos para ampliar protecciones laborales en todo el estado a través de una Carta de Derechos de los Trabajadores del Hogar han incluido testimonios públicos, la creación de alianzas y hacer que los políticos se comprometan a actuar. Esta política garantizaría que los trabajadores del hogar ya no estén excluidos de las protecciones laborales como el salario mínimo, el pago de horas extras, los descansos y el derecho a un contrato por escrito. Nuestra lucha ha dejado claro que un salario justo, permisos por enfermedad pagados y la protección frente a la discriminación no son privilegios, sino derechos básicos que todos trabajadores merecen y no nos conformaremos con menos.
La lucha por estas protecciones es urgente. En todo Washington, decenas de miles de trabajadores del hogar están vulnerables al robo de salarios, los abusos en el lugar de trabajo y la inseguridad laboral. Esta carta de derechos protegería a los trabajadores de la discriminación basada en el estatus migratorio y evitaría que los empleadores confiscaran documentos personales. Además, establecería derechos de ejecución, dando a los trabajadores la capacidad de buscar justicia cuando se violen sus derechos. Con las trabajadoras del hogar a la cabeza, este movimiento ya ha conseguido que se aprueben medidas de protección en otros estados como Oregón y California; ahora le toca actuar a Washington.
En este Día Nacional de los Cuidadores, celebramos no sólo la labor de los trabajadores del hogar, sino también nuestra resistencia y liderazgo en exigir justicia. El trabajo de los trabajadores del hogar es la base de la vida de muchas familias. La Carta de Derechos de los Trabajadores del Hogar es un paso largamente esperado para garantizar que todos los trabajadores de Washington reciban la dignidad, el salario y la protección que merecen. Como han demostrado otros estados, elevar las normas laborales para los trabajadores del hogar beneficia a comunidades enteras, fortaleciendo las oportunidades económicas para todos. Es hora de solidarizarnos y garantizar que los trabajadores del hogar dejen de ser tratados como invisibles y pasen a ser tratados como los trabajadores esenciales que siempre hemos sido.